Es meritorio reconocer que este tema que hoy estamos conmemorando continúa siendo una tarea que cada vez toma mayor conciencia en la sociedad y el mundo.

Por lo que es vital seguir trabajando desde la educación para impulsar cambios en los patrones socioculturales de las niñas, niños, adolescentes y personas jóvenes, convirtiéndolos en adultos respetuosos y protectores de los derechos y no en víctimas o agresores, fortaleciendo el respeto al derecho que tiene cada ser humano y evitar así todo tipo de violencia de género.

Según estadísticas de la Alianza para monitoreo de femicidios en Ecuador, en nuestro país cada 44 horas se registra un caso de femicidios. Desde el 2014 hasta la actualidad se han registrado 1022 muertes de tipo violento, hasta lo que va del año se han reportado 172 víctimas de las cuales 11 han sido niñas, de esas 172 el 44% son víctimas por vínculo sentimental y otro 46% por alguien de su círculo de confianza.

Por estas y muchas otras razones y en conmemoración al asesinato de las hermanas Mirabal en 1969, es que el 25 de noviembre, se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer poniendo en marcha así, los 16 días de activismo a nivel mundial contra la violencia de género, que termina el 10 de diciembre, el Día de los Derechos Humanos. 

Y hoy estamos aquí conscientes de que es el momento de reafirmar nuestro compromiso como mujeres y de aunar esfuerzos para erradicar la violencia contra toda mujer y otras formas de violencia de género.

Es nuestra responsabilidad como mujeres, cuando somos madres formar y educar hijos respetuosos de las mujeres e hijas empoderadas de respeto así mismas para evitar que sean víctimas de cualquier tipo de abuso.

Formar hijas capaces de alzar su voz y denunciar sin miedos, sabiendo que no están solas que van a ser escuchadas y apoyadas. 

En las instituciones educativas hacemos lo posible por formarlas en ese camino…

Pero nada de esto se puede conseguir en este ámbito sino se educa desde el hogar que es la verdadera cuna de formación, por eso es importante nuestro nivel de conciencia, de acción y reacción, de compromiso porque solo así se puede lograr el cambio que tanto ansiamos porque nosotras tenemos la responsabilidad de ser las ejecutoras del cambio.

¡Muchas gracias!